miércoles, 27 de septiembre de 2017

Libertad!

Hoy es un día maravilloso para Buenos Aires. Los aires de libertad se sienten en los alrededores de la capital y se extienden a todos los rincones del Reino. La gente sale a las calles a festejar, a reír nuevamente. Los niños juegan en las plazas y los abuelos le dan de comer a las palomas sin temor a sentarse en una banca a pesar del clima gris.
Y es que luego de más seis años de lucha, de terrorismo y de aislamiento, el régimen fatídico de Deolindo García ha llegado a su fin. Seis años en los que el mundo no supo absolutamente nada de esta tierra, arrasada por un puñado de rebeldes que impusieron una dictadura feroz sobre los nobles pobladores bonaerenses.
Todo comenzó durante las últimas elecciones legislativas en junio de 2011, cuando la Unión Socialista de Buenos Aires dio el batacazo y supero al PadeBon y al FreLiBo posicionándose como la principal fuerza de oposición al inactivo gobierno de Brenda Bierhoff. Según marchaban las cosas la asunción de los nuevos legisladores debía darse en completa normalidad. Sin embargo  poco de asumir algunos grupos radicalizados dentro del partido discrepaban con la líder del bloque la Senadora María Azurduy las cosas se pusieron tensas. El Senador entrante Deolindo García, arengando sus copartidarios, logró convencer a un puñado de que las políticas del USBA debían radicalizarse para alcanzar el verdadero socialismo y formó una agrupación semiclandestina conocida como 10-E que se vio envuelta en serios disturbios, entre ellos, el cierre de este y otros medios de comunicación del Reino de forma violenta por considerarlos partidarios de lo que los rebeldes denominaban la "oligarquía tiránica". Las Protestas del USBA que expulsaron inmediatamente a García y a sus secuaces del partido cayeron en saco roto.
El 30 de julio un ciberataque perpetrado por el 10-E interceptó todas las páginas pertenecientes al Reino de Buenos Aires y en la autoría de los mensajes apareció el seudónimo de Anton Lisama, personaje secundario, mano derecha de Deolindo García y que en los años se convertiría en el portavoz del tirano.
Inmediatamente el Reino se sumió en el total aislamiento y el 10-E, apoyado en la fuerza de las armas y en un sector del ejército que se plegó a su fatídica causa, tomó el poder y se desprendió completamente de todo lazo exterior. La Senadora María Azurduy fue inmediatamente fusilada por las fuerzas rebeldes.
Los ciudadanos y ciudadanas leales al Reino, civiles y militares, fueron encerrados y aquellos considerados peligrosos fueron inmediatamente fusilados al igual que la senadora socialista. 
La entonces primer Ministro Brenda Bierhoff debió exiliarse en Europa desde donde luchó contra la tiranía con escasos resultados, hasta que apareció muerta en extrañas circunstancias un año después de los eventos relatados. S.M. Carolus I y su familia se refugiaron en la Patagonia, donde por seguridad las fuerzas leales los mantuvieron ocultos. 
Mientras tanto el Reino fue abolido instaurando la Unión de Estados Socialistas Bonaerenses. Deolindo García proscribió todas las instituciones democráticas e inició un oscuro periodo de persecución, destrucción y muerte. El toque de queda permanente sumió a los bonaerenses en el miedo y el silencio, nadie se permitía opinar, quejarse o disentir, so pena de pasar por las armas.
El 15 de agosto de 2014, luego de que algunos estados de la U.E.S.B. se opusieran a las reformas que los transformaban en títeres del tirano García, este destruyó la Unión y cambió su denominación a Estado Socialista de Buenos Aires, quitando absolutamente todas las atribuciones a los estados conformados. 
Algunos de ellos se pusieron en pie de guerra, iniciando un largo conflicto armado que dio como resultado la escisión temporal del antiguo Ducado de la Riviera Baja y la Baronía de Stoltenhoff en lo que se denominó la "Buenos Aires Libre". Meses después, el 20 febrero de 2015 paso a llamarse Reino de la Riviera Baja.
Pero aquello no duró mucho y el aplastante y feroz bombardeo llevó a la rendición incondicional del joven Reino, disuadiendo al resto de seguir sus pasos.
El egocentrismo de Deolindo Gómez lo llevó a autoproclamarse Líder Salvador de Buenos Aires y los poderes cada vez se concentraban más en su persona. Como si de un antiguo monarca absolutista se tratase, se rodeaba de consejeros a los que raramente escuchaba. 
Hacía mediados de 2016 su apoyo decayó debido a sus excesos que cansaban e irritaban incluso a sus propios seguidores. Una red de espionaje y disidencia dio lugar a que los leales en el extranjero pusieran el plan de recuperación en marcha.
El 6 de noviembre del mismo año, las fuerzas reales ingresaron al territorio bonaerense luego de casi 5 años de espera. Las primeras escaramuzas se dieron, como si del destino se tratase- muy cerca de Claromecó, en las afueras de Reta. Pronto el avance del gobierno liberó un amplio porcentaje del territorio retomando el control del centro sur.
Sin embargo el norte resistía los embates de las fuerzas reales, aunque el retroceso era cada vez más patente. El 12 de abril de 2017 los rebeldes sufrieron un serio revés en la batalla de Luján y el 27 de septiembre S.M. Carolus I y su familia, acompañados por el Ejército Libertador ingresaron en Nueva Buenos Aires dando fin a una era oscura y sangrienta de nuestra patria.
Deolindo García fue arrestado junto a sus acólitos, y serán juzgados por crímenes de lesa humanidad.
En su primer discurso, S.M el Rey Carolus I señaló que:
“Será nuestro principal objetiv el reingreso a la OMU, para que las cortes penales internacionales caigan con todo su peso sobre estos asesinos que subyugaron al pueblo bonaerense bajo la bota de la tiranía ¡Que Viva la Democracia y que Viva Buenos Aires!”
Asimismo, luego de ratificar la reapertura de todos los medios de comunicación así como de todas las páginas del Reino. Señaló que se realizarán elecciones en un plazo de 60 días a partir de la fecha para regresar al Reino a las condiciones normales.
Mientras tanto, Mañana se dará apertura formal a las instituciones del Reino a fin de reinstalar el equilibrio de poderes y las prácticas democráticas.